Mons. Santiago Silva, secretario general de la Conferencia Episcopal, recuerda que esta Campaña que se inicia este fin de semana no es un limosna, ni vuelto ni sobra, sino una devolución y responsabilidad, "porque es justo y noble que asumamos la colaboración económica y pastoral de nuestra familia, la Iglesia".
El obispo auxiliar de Santiago plantea, en una columna publicada en El Mercurio, que hablar del financiamiento de la Iglesia es, simplemente, hablar de una co-responsabilidad que es tarea de muchos actuando en comunión.
Mons. Silva recuerda que el amor de Dios es gratuito porque "es todo don y Dios no lo anda cobrando", y agrega que son miles y miles las personas que, en Chile y en otras latitudes, se entregan para que otros hermanos y hermanas puedan encontrarse con el Señor y tener vida plena en Él.
Añade el obispo que ayudar con este mínimo del 1% hace posible que tantos otros puedan conocer al Señor y ser bendecidos por Él en los momentos más importantes de sus vidas. Y de un modo muy especial los que nada tienen, los más desprotegidos. "Con nuestro aporte a la Iglesia queremos, de algún modo, abrazar a los pobres y sufrientes diciéndole que los acompañamos y que las puertas de nuestro hogar, la Iglesia, están siempre abiertas para ellos", señala.
Y agrega: "Somos una familia. Y en la familia que somos nos hacemos cargo los unos de los otros. Por eso el 1 % no es limosna ni vuelto ni sobra. El 1 % es el fruto de nuestra identidad de hijos que, en comun-unión, se sienten responsables de su hogar. Sí, somos todos responsables de la Iglesia. Y cuando la situación económica nacional e internacional se ve amenazada es posible que las necesidades de la Iglesia se multipliquen".
- Texto completo de la columna de Mons. Santiago Silva
- Más información sobre la Campaña 2009 del Uno por Ciento a la Iglesia
Fuente: Prensa CECh
Santiago, 07/05/2009